Existe algo en el pensamiento corriente que no funciona bien; es un tipo de pensamiento fragmentador, que descompone las cosas en partes como si realmente fueran independientes. No se trata simplemente de que establezca distinciones, sino que el pensamiento separa cosas que no están separadas. El gran físico David Bohm daba el siguiente ejemplo. Es como si, en lugar de desmontar pacientemente todas las piezas que componen un reloj, el relojero se dedicara simplemente a romperlo en pedazos. Las piezas forman parte de una totalidad, pero los fragmentos se han separado de manera arbitraria. ¡De este modo, cosas que se hallan articuladas entre sí son tratadas como si no tuvieran nada que ver!