Maison Nomade es un B&B que está ubicado en el sur de Chile, camino a Caburgua, con vista al volcán Villarrica. Ha figurado entre los mejores B&B de Chile y América Latina por varios años consecutivos. Pero mas valioso que un ranking es la opinión de Richard Bangs, periodista experto del Huffinton Post, que los seleccionó entre los 10 mejores hoteles del mundo el año 2017. Relata su estadía con estas palabras:
“El amenazante y humeante Volcán Villarrica luce como a punto de explotar. Todo da un escalofrío como de peligro, un sentido de lo sublime y cada vez que miro hacia la ventana se me pone la piel de gallina. Pero esta pequeña posada ofrece mucho mas que una abrumadora e impresionante vista. Es una experiencia íntima, curada por sus patiperros propietarios, sus cuatro hijos, dos perras y un gato. Cada mañana Carolina y Alain preparan amorosamente un desayuno orgánico casero con todo gestionado localmente (la miel, de sus propios colmenares, es el néctar de lso dioses). Los anfitriones se sientan como amigos cercanos para conversar de las posibilidades que ofrece la jornada. Pocos lugares logran que un visitante sienta que ha vuelto al calor del hogar y este es uno de ellos”.
EL CIRCULO destaca este emprendimiento como un caso ejemplar de integración de familia/trabajo/vida sustentable. La historia de esta pareja es también un testimonio de coherencia con los valores de respeto, tolerancia y horizontalidad.
LOS ORIGENES:
Alain es de origen francés y Carolina es chilena. Se conocieron en Sudáfrica, durante un Congreso. Tenían profesiones diferentes, ingeniero comercial y periodista, pero la vida los llevó a inclinarse por otras opciones. Se juntaron en Londres adonde Alain tenía trabajo en una ONG y Carolina trabajaba desde su casa. Hasta que llegó la primer hija. Viviendo en una gran ciudad era difícil para ella ser madre e integrarse a una vida profesional. Llegó el momento en que se dieron cuenta que la opción de ambos era tener mas independencia y mejor calidad de vida lo que los motivó a partir.
La idea fue lanzar un emprendimiento familiar en el que ambos participaran, lo que era un gran desafío. En esa época, hace 15 años, estaba comenzando lo de la comida orgánica y el énfasis en una vida sana.
¿Adonde ir? Tenían las alternativas de ir a Francia o a Chile. Ahí partió la aventura, se primero fueron a París, dejando sus bienes en un contenedor. A los pocos meses se dieron cuenta que Francia no es un país que facilite el emprendimiento. Tomaron sus 3 valijas y partieron a explorar a Chile. Bastaron 2 meses en Santiago para tener mas claridad: Alan no toleró la contaminación.
Siguiendo el consejo de amigos, partieron a Pucón donde arrendaron una casa, compraron el terreno, construyeron la casa/hotel en que hoy viven. Fueron 5 años de mucho esfuerzo. Imaginaban que todo iba a ser mas barato que Europa pero no fue así. El grupo familiar creció con 4 hijos con todo lo que eso implica. El hostal también fue creciendo y luego de 10 años es un proyecto consolidado.
Lo que partió como una batalla para crear una familia sana, en buenas condiciones se fue concretando también en un modo de vida que conlleva externalidades positivas para el medio ambiente, para la comunidad, y sobretodo para lo que es el foco de esta pareja: los niños.
Alain : Es difícil, es un desafío, sin perseverancia y amor no habría sido posible! Hoy podemos decir que tomamos la decisión correcta. Si estamos acá es por los niños. Estar en este terreno, viviendo de esta forma es un regalo para ellos.
Caro: Esto no es para todo el mundo. Hay un tipo de persona que tiene un impulso de hacer cosas y lo hace! Hay algo adentro de nosotros que nos dice : dale! dale! Es un motor interior que puede ser llamado espiritualidad o como quieras llamarle. Son niños felices, sanos, equilibrados lo que aprecia tanto en el colegio, como con sus amigos. Padre y madre hay uno solo y ellos nos necesitan ahora. Es un espacio corto para influir en ellos. Ha sido una maravilla para nosotros verlos crecer. Uno educa niños que son capaces de verlo y agradecer.
UN TURISMO HUMANO
Que este proyecto haya desembocado en un hotel sustentable salta a la vista. Aquí no hay recepcionista ni jardinero ni mucamas. Son los dueños en persona que atienden 24/24 y se hacen cargo personalmente de preparar el desayuno, limpiar, cultivar la huerta.
No hay delegación de tareas ni tampoco diferencias en el compromiso de cada uno. El hijo menor lo expresa muy bien al decir: “El papá es el jefe, sí! Pero la mamá es la jefa!”
Poco a poco los hijos mayores se han integrado espontáneamente a las tareas y circulan entre el hogar, el parque, la huerta, sin molestar a los huéspedes.
Quienes tienen el privilegio de pasar unos días con esta familia salen transformados. El trato con ellos es cálido, horizontal. Durante su estadía lo que mas valoran es haber podido compartir sus experiencias. Una forma humana, de entregar un servicio con calor de hogar donde también lo que están entregando es su testimonio de que es posible vivir en armonía, en familia, trabajando y aportando a la comunidad.
Conoce mas acerca de Maison Nomade