Es lo que piensa Douglas Rushkoff, uno de los más cercanos observadores de los inicios del Internet -un proyecto académico para facilitar la colaboración y distribuir el conocimiento-que de la mano de un grupo de artistas, intelectuales, programadores y psiconautas parecía tener el potencial de convertirse en una poderosa herramienta contracultural, capaz de expandir la conciencia a través de la información y conectar a las personas en torno a una serie de valores humanistas. Lamentablemente este entusiasmo, por momentos hasta psicodélico, no pudo hacer frente a los valores utilitarios del capitalismo que rápidamente cooptaron la Web. En alrededor de 20 libros, Rushkoff ha analizado cómo ése prometedor viaje inicial se ha ido tornando en un malviaje colectivo, que nos divide, polariza la realidad y amenaza con deshumanizarnos completamente.
“Creíamos que los humanos conectados podrían crear cualquier futuro imaginable y luego vino el boom del punto.com y el futuro digital se convirtió en nuestro futuro. Usaron toda esa energía de la era digital para bombear esteroides a un mercado agonizante. Ahora somos valorados sólo como datos porque los usan para predecir nuestro comportamiento futuro.
¿Las redes sociales conectan a la gente de manera nueva e interesante? No, las aplicaciones digitales no nos ayudan a formar ninguna relación o solidaridad, no nos permiten establecer una relación real por muy buena que sea la imagen o el video no puedes ver como se dilata el iris del otro, sentir su respiración, experimentar como sube la oxitocina.. Nunca tienes la experiencia del vínculo con otro ser humano!
En estos momentos, creo que lo que está amputando es nuestra alma. Por eso creo que “demonio” es una buena expresión para el algoritmo, nos están tratando de desconectar de nuestra alma. Están tratando de hacernos pensar en nosotros mismos únicamente en términos de nuestro valor utilitario, o de los datos que podemos proveer y cualquier cosa real y humana o artística y emocional para la computadora, para este sistema de valores, es sólo ruido.
Creo que hay muchas razones para esto. Una de ellas es el culto del individuo. El cual en realidad nació en el Renacimiento europeo, esta idea de que el ser humano es un individuo y no un colectivo. Y esa idea fue peligrosa, porque al irnos por allí creamos la ilusión de que somos independientes, que la autonomía es de alguna manera independiente. Y no es así, la autonomía es colectiva. Sólo experimentas tu poder en solidaridad con otras personas. Allí es donde comienza. Y la otra idea es la forma en la que entendemos la ciencia. Como una violación de la naturaleza, como una conquista del hombre sobre la mujer, de los humanos sobre la naturaleza, del día sobre la noche. Como una forma de erradicar el misterio. Pero no erradicamos el misterio, sólo lo externalizamos o lo reprimimos. Y el misterio regresó para mordernos el trasero. Y ahora nos vamos a morir. Así que toma eso! Pero no es demasiado tarde para despertar y entender que la salida no es ni siquiera a través de un trance espiritual de auto-superación, sino de pensar juntos y salirnos de la nube y regresar a la tierra juntos Y no tenerle miedo a la naturaleza, a las mujeres y a los otros.
La espiritualidad es mucho más sencilla de lo que la gente quiere creer. Seguro, puedes comprar todos los libros de budismo tibetano y cosas por el estilo, e irte por esos caminos sumamente complicados, pero de lo que realmente se trata es de conectar con los otros. Realmente empieza allí. Tomar de la mano a un hombre viejo o a un niño y poder sentarte con las personas y ser quien eres. Ser capaz de tolerar y no saber -la gran ambigüedad de la existencia- y disfrutar ese misterio. No es tan complicado, es complejo, pero no es astrofísica. Cuando las personas empiezan a tener miedo, entonces sí, es complicado. Y entonces, necesitas astrofísica para construir naves espaciales y escapar del planeta. Esa es la única forma que pueden imaginarse estar bien: saliéndose de aquí!
Bueno, los transhumanistas lo que harán es dejar atrás la humanidad, quieren graduarse de su propio cuerpo hacia la pura conciencia. Y piensan que la forma de hacer eso es migrar del cuerpo hacia algo más. Hay muchos diferentes tipos de transhumanistas. Unos sólo quieren un montón de gadgets para insertarlos en su cuerpo, para hacerse algo así como “extrahumanos” y no exactamente dejar de lado lo humano. Pero cuando veo lo que está haciendo Google o Ray Kurzweil, su transhumanismo no es un entendimiento muy pro-humano, se trata más de reemplazarnos con algo artificial. De nuevo, esa es su respuesta a la muerte. Todos están tan asustados por la muerte, porque están atrapados en este entendimiento lineal de la realidad y el espíritu que sólo va en una dirección. Te mueres y se acabó, eso es todo. Pero no, hay que decirles: “Escucha, todo es un círculo, una espiral, algo regenerativo. Y si no te identificas con lo regenerativo entonces tal vez sí te vaya muy mal. Porque no estás jugando, no estás dentro de la rueda, en el círculo”.
Extractos de presentaciones en TED y entrevista aparecida en www.pijamasurf.com